Hace más de tres décadas que la Ñ, una vez al año, hace su gran fiesta literaria en la Ciudad del Sol. Una mezcla de oasis y de tradición, para los hispanohablantes que vivimos en el sur de la Florida. Sobre todo en tiempos en que, por un lado, los apocalípticos siguen amenazando con la muerte del libro, mientras que, por otro, para sorpresa de los lectores, autores, editores e impresores, renacen, y se oxigenan las pequeñas librerías en el mundo.
Es una suerte extraordinaria que más de 80 escritores de Hispanoamérica compartan sus invenciones, del 12 al 19 de noviembre, en la Feria del Libro de Miami, que se realiza bajo la sombrilla del Miami Dade College (MDC), la institución universitaria que acoge el mayor número de estudiantes hispanos en Estados Unidos.
No es de extrañar que uno de los programas más aclamados y concurridos sea el iberoamericano, donde suelen confluir autores de casi todo el mundo que escriben en la que aún seguimos llamando la lengua de Cervantes. A la cita de este año llegan desde Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, España, México, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y diversas ciudades de Estados Unidos.
Novelistas, poetas, cuentistas, ensayistas, dramaturgos, artistas visuales y fotógrafos, protagonizarán no solo presentaciones de títulos sino, además, lecturas y charlas sobre temas y problemáticas heterogéneas. Desde las letras cubanas actuales, un panel sobre los 50 años del clásico Cien años de soledad, los laberintos de la invención literaria, los desafíos de los libros para niños y jóvenes en estos tiempos convulsos, hasta homenajes a figuras icónicas como el cubano Carlos Victoria, fallecido en Miami hace diez años, una de las más notables figuras de la generación del Mariel.
Victoria nació en Camagüey en 1950. En 1971 fue expulsado de la Universidad de La Habana, donde estudiaba Lengua y Literatura Inglesas. Siete años después la policía política le confiscó todos sus manuscritos y fue arrestado por el falso delito de “diversionismo ideológico”. En 1980 partió a Estados Unidos en el éxodo del Mariel. Autor de La travesía secreta (1994), El resbaloso y otros cuentos (1997) y El salón del ciego (2004), fue cofundador, junto con otros exiliados como Reinaldo Arenas, Juan Abreu, Reinaldo García Ramos, Roberto Valero, Luis de la Paz y René Cifuentes, de la revista Mariel. Murió en Miami en 2007.
De Perú llegan Álvaro Vargas Llosa (El estallido del populismo, un libro muy oportuno en los tiempos que corren), Alonso Cueto (La segunda amante del rey), y el escritor, periodista y músico Julio Llerena (El sol en la niebla, un poemario que explora lo urbano, la inmigración, la pérdida y la búsqueda del amor y cuyo escenario es la ciudad de Lima).
De Venezuela, una veintena de autores radicados en diferentes ciudades del mundo, entre ellos: Eliana Habalian (Victoria es mi nombre and every day I think I’m going to die), José Antonio Perella (Ellos vivieron en el país por venir), Jeanette Salvatierra (Viviendo en modo agradecido), Rafael Baralt Lovera (Identidad compartida), Julieta Omaña, Linda Báez y María Ángeles Octavio (Catorce mujeres que cuentan), María Teresa Romero (La lucha que no acaba), José Luis Bigott (14 minutos), Elena Lavaud (Clarissa y La Habana sin tacones), María Ángeles Octavio (Exceso de equipaje), Jeannette Mariani (Pop Surrealismo) y Juan Carlos Méndez Guédez (El baile de madame Kalalú del Premio Mandarache 2018, cuya portada es obra del fotógrafo y diseñador venezolano José J. Blanco H., anteriormente en la nómina de El Nacional y actualmente en Diario Las Américas).
De Argentina, Pablo Brescia (La derrota de lo real) y el historietista Ricardo Liniers. De Colombia, María Clara Espina y Juan Carlos Botero. De México, Xavier Velasco, Jorge Zepeda Patterson y Luis Aguilar. De Puerto Rico, Pedro Cabiya (Reinbou) y Mayra Santos Febres (La amante de Gardel). De España, Ray Loriga (Rendición, Alfaguara 2017, fábula kafkiana y orwelliana sobre el autoritarismo y la manipulación colectiva), Luis Leante (Huye sin mirar atrás) y Care Santos (Mentira).
La española María Dueñas trae su novela La templanza (2015), precedida de buena acogida por parte de la crítica y el público, y que será presentada por la escritora y periodista Mirta Ojito. La Premio Pulitzer cubana sostendrá un diálogo abierto con Dueñas, que saltó a la fama en 2009 con su ópera prima, el best seller El tiempo entre costuras, traducida a más de veinticinco idiomas y que narra la vida de Sira Quiroga, joven modista que abandona Madrid antes de la guerra civil española y funda un taller de alta costura en Marruecos. La cadena Antena 3 estrenó en 2013 una miniserie basada en esta novela.
La chilena Isabel Allende trae su más reciente novela Más allá del invierno, una de sus narraciones más personales, donde reúne a tres seres distintos en la actualidad en Brooklyn, en el pasado reciente de Guatemala y en la década de los años setenta en Chile y Brasil. A partir del estado de emergencia declarado en Nueva York por una tormenta que paraliza la ciudad, en los días de Año Nuevo, el relato aborda la identidad, la emigración y el descubrimiento de la esperanza en las segundas oportunidades y en el amor, un tema constante en su obra.
El narrador, ensayista y diplomático chileno-español Jorge Edwards, Premio Nacional de Literatura de Chile 1994 y Premio Cervantes 1999, llega con Persona non grata (1973), testimonio sobre sus ásperas experiencias como embajador chileno en Cuba. Sus nuevos títulos la novela La última hermana y Prosas infiltradas, un homenaje al ensayo literario, los presentará en la Feria en una conversación con el escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner.
Las letras cubanas tienen una voluminosa participación en esta edición número 34 de la Feria. Montaner, uno de los periodistas hispanos más leídos en el mundo, presentará su nuevo libro de ensayo, El presidente (manual para electores y elegidos), donde lo ameno se funde con lo singular y lo práctico.
Dedicada exclusivamente a los autores cubanos de la diáspora, llega la Colección Fugas, proyecto editorial independiente, cuya sede principal está en Miami, que en asociación con Ediciones La Palma (Madrid) y gracias al auspicio del Instituto La Rosa Blanca y el Interamerican Institute for Democracy, presenta en la feria sus tres primeros títulos: Póker de brujas y otros cuentos. Edición 50 años (el primer libro en prosa de Carlos Alberto Montaner), El Super. Edición 40 años (pieza teatral de Iván Acosta) y Escapados del paraíso (novela de Armando de Armas).
Luis de la Paz, escritor, periodista y promotor cultural, llega con Soltando sorbos de vida, 112 entrevistas a personalidades de la escena social, política y cultural del exilio cubano, aparecidas el último domingo de cada mes en Diario Las Américas entre 1998 y 2013.
El periodista y crítico cinematográfico Alejandro Ríos presenta una colección de sus columnas sobre temas culturales, políticos y sociales con el mismo nombre del programa sobre cine cubano que realiza desde hace diez años en AméricaTeVé (canal 41 de Miami), La mirada indiscreta. Otra compilación de textos periodísticos es El arte de la entrevista, donde la cubana Olga Connor sostiene diálogos con Octavio Paz, Almudena Grandes, Ellen Goodman, Lydia Cabrera, Yevgueni Yevtushenko y Bill Clinton, entre otras figuras mundialmente famosas.
Caravaggio: juego de manos, es la novela que trae el dramaturgo, narrador, poeta y ensayista Matías Montes Huidobro, premio Anderson Imbert de la Academia Norteamericana de la Lengua Española 2017. La poetisa y narradora Legna Rodríguez Iglesias presentará Miami Century Fox, premio Paz de Poesía 2016. Y el poeta y periodista cubanoamericano Alberto Muller trae un título dedicado a los invidentes, Cierro mis ojos y escribo estos poemas.
Sin lengua, deslenguado es el título que trae Gustavo Pérez Firmat, mientras que Rodolfo Pérez Valero, clásico del género policíaco en la isla, llega con Misterio en Nueva York. La investigadora y curadora de arte cubano Grethel Morell presentará Damas, esfinges y mambisas: Mujeres en la fotografía cubana 1840-1902, que indaga en la fotografía hecha por cubanas en el siglo XIX. Y Orlando Rossardim, Tras los rostros, inspirado en los más de 400 retratos de fusilados cubanos durante la dictadura castrista, realizados por el escritor y pintor exiliado en Barcelona, Juan Abreu.
En la feria no participan únicamente los creadores cubanos de la diáspora, cuya actual producción y legado, concebidos en libertad, sigue siendo una tarea pendiente para rescatar y promover con constancia y seriedad desde centros de estudios y editoriales. También han sido invitados, como tradicionalmente ocurre, escritores residentes en la isla, de desiguales intereses, compromisos y generaciones.
Y por supuesto, hay una significativa presencia de títulos y de autores de primer nivel, no solo estadounidenses, en la que aún seguimos llamando la lengua de Shakespeare. Diferentes géneros, estilos, tendencias, idiomas y nacionalidades confluyen cada noviembre en el Wolfson Campus del MDC, el principal de esta universidad, ubicado en el downtown de Miami, ciudad de tendencia cosmopolita que por estos días se transforma en la capital del libro. Todo gracias al más grande festival literario de este gran país.
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